Mi Yo Cósmico
Teoría de qué somos
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De lo que quiero hablar es de una teoría que me vino a la mente hace un par de años atrás. No le tengo nombre, por lo que hoy decidí llamarle simplemente "El Yo Cósmico".
Se trata de mi visión acerca de quiénes, o mejor dicho, qué somos.
Mi teoría tiene como piso, a su vez, la teoría de la reencarnación. Según lo que tengo entendido, existe una rueda kármica, sobre la cual giran los espíritus, intentando pulir sus imperfecciones, corregir sus errores, en suma, mejorar. Estar en la rueda, es estar encarnado. Se supone que el espíritu encarna para poder llevar a cabo las tareas de mejora sobre sí mismo. El objetivo es por tanto, lograr salir de la inercia de la rueda, lo cual sólo se logra al conseguir la perfección de espíritu. En ese momento, esos espíritus se vuelven maestros y pueden ayudar desde fuera a los otros que continúan atados al giro de la rueda.
Ahora bien, mi teoría no apoya ni discute todo este sistema cíclico, pero sí toma como directriz la idea de que hay un espíritu que se encarna para mejorar.
Y aquí viene mi humilde visión: Yo creo que (como espíritus) somos unos seres gigantescos, que abarcan el cosmos mismo. Luego, en determinado momento de sus existencias, algo en su ser está fallando, y para corregirlo, necesitan someter a esa parte de sí mismos a una curación. En ese momento, esa parte dañada "se encarna", y vive esta vida material para poder sanar. No obstante, durante el proceso de encarnar, esta parte del ser queda algo aturdida y "pierde" la conciencia de que es sólo un segmento de algo más grande. También pierde la noción de que está aquí para curarse. (Tal vez esta ignorancia sea parte del procedimiento de curación.) El caso es que, aun siendo ignorante, esta parte sigue "conectada" al resto de su ser, a ese espírítu gigante, y le es totalmente posible volver a comunicarse con él. El canal de comunicación es el corazón. Y para escuchar, sólo hay que callar.
Si me preguntan en qué baso toda esta teoría, pues fue en un par de experiencias personales.
Hace unos años, sufrí de una angustia muy grande por una situación en la que debía tomar una decisión de vida o muerte. Debido a esto, lloraba mucho, estaba triste, y desesperada, pues no sabía qué hacer.
Y fue en uno de esos momentos de mayor angustia, que decidí, como último recurso, postrarme ante los cielos, y pedir su ayuda, su consejo. Cuando digo "los cielos", me refiero a los seres a los que por esa época yo solía invocar/orar: la Pacha mama, los maestros "iniciados", los ángeles, etc.
Me encontraba en un estado anímico al borde, y por lo mismo, desalentada. Y fue en uno de esos momentos, en que ya me sentí totalmente superada, que decidí pedir ayuda (cosa que no suelo hacer, ya que soy muy orgu-- soberbia respecto a resolver mis problemas por mí misma). Así fue que calmando mis lágrimas y mi angustia horrible, respiré hondo, y envié en una súplica mi pregunta al cosmos: "¿Qué hago?". Tras decir esto, quedé en un estado de suprema humildad, y quietud, como si pusiera mi mente en blanco. Y gracias a eso, pude escuchar la respuesta, que la verdad no demoró nada en llegar. "Déjala ser", fueron las palabras, y emanaron directo desde mi corazón. Fue una respuesta corta, precisa, exacta, correcta. Un alivio recorrió todo mi cuerpo, y sentí que todo el peso que me agobiaba desaparecía como por arte de magia. La respuesta, el consejo que me dieron no era algo sencillo de hacer, sería doloroso y todo, pero en lo más profundo de mi ser, yo sabía que era lo correcto.
Desde ese momento, entendí que las respuestas estaban dentro mío, o mejor dicho, que mi corazón era como un terminal donde la verdad se expresaba si yo me callaba para escucharlo.
Con posterioridad, pasé por otros momentos de angustia, y llegado el momento de más dolor, recurrí nuevamente al consejo que llegaría por medio de mi corazón, y las respuestas no tardaron en llegar tan rápidas y concisas como siempre. Con una palabra bastaba. Y mis angustias desaparecían de inmediato.
Ahora, con estas experiencias no justifico la existencia del ser cósmico gigante ni nada de eso, pero, nuevamente, en mi corazón, se me dice que esta idea no es tan aberrante como parece.
Sin embargo, algo me pasó hace poco que me sorprendió y que me hizo recordar esta teoría y pensar que tal vez, en serio no esté tan desorientada. Conversaba con un compañero de trabajo, y entre lo que hablamos, él me dice que hay ciertas personas (cosmólogos, puede que fueran, él tampoco lo tenía claro), que creen en la existencia de una conciencia cósmica, universal, a la que estamos todos conectados. Esta teoría me suena harto a la que le dan algunos al concepto de Dios, que ya no sería un ser divino con apariencia humana y superpoderoso, sino una sola cosa amorfa, de la que todos somos parte.
Pues bien, en mi teoría, yo hablo desde la perspectiva de mi propio ser encarnado aquí, y por eso sólo estaría viendo este tentáculo, esta punta del iceberg del cual soy parte. Si este espíritu o ser cósmico que soy en verdad es a su vez parte de otra cosa mayor, pues no es el tema de mi reflexión.
Pues la enseñanza u objetivo de mi filosofada es entender que:
* Estamos en esta vida para sanar la herida o corregir el mal funcionamiento que esta parte de nuestro ser cósmico decidió someter a curación mediante la encarnación.
* La sanación es siempre un proceso lento y muchas veces doloroso.
* Si nos vamos de este mundo sin haber hecho lo que se supone que vinimos a hacer, nuestro ser tendrá que volver a someter a esta parte suya al tratamiento (o sea, encarnar).
* Siempre podemos contactarnos con el resto de nuestro ser cósmico: sólo hay que guardar silencio y escuchar. Para eso, la humildad es la llave.
Para finalizar, quiero agregar la última adición que he hecho a mi teoría:
Si nuestro ser cósmico es algo gigante, puede que tenga varias partes que estén fallando o se encuentren heridas, por lo cual, puede intentar sanarlas al mismo tiempo: con esto, podríamos decir que un solo ser podría tener "encarnadas" varias partes suyas, en distintas realidades, distintos planos, distintos momentos, pero también en los mismos planos, las mismas realidades, y ¿por qué no, en el mismo momento y mismo lugar? Esto último se me ocurrió al ver a una persona que tenía mucho en común con su mascota, y no hablo sólo de su personalidad, sino que tal vez ambas sean parte del mismo ser que necesita con urgencia sanar, y por ello decidió encarnar en la mascota para apoyar a la persona, que por sí sola no ha logrado el objetivo de su existencia aquí.
Ahí finaliza por ahora mi teoría del Yo Cósmico.
Ya que es muy probable que esta idea se les haya ocurrido a otras personas, eso me haría sentir que tal vez no esté tan equivocada con mis "corazonadas", y que es bueno escuchar al corazón cuando realmente lo necesitemos. Espero que a ustedes les haya ayudado a reflexionar, pero sobretodo, haberles ayudado a vislumbrar una nueva senda alternativa en su proceso de recuperación, de sanación o simplemente crecimiento como seres humanos que somos hoy.
Gracias por leer.
Créditos Foto: Imagen de FelixMittermeier en Pixabay
Comentarios
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