Maid in Manhattan y Last Holiday
Crítica social solapada dentro de comedias románticas
Escrito por quinqui el 12/01/2023 15:57
La otra noche me apareció sugerida en Netflix la película "Maid in Manhattan" (2002). Hace años que la había visto, y también hacía tiempo que quería volver a verla, por el simple hecho de querer ver una comedia romántica de nuevo.
Sin embargo, tras verla nuevamente esa noche, de pronto me encontré dándole una lectura distinta: la de una disimulada crítica social.
Y es que, aunque el esquema original lo que quiere es vendernos la clásica historia de la Cenicienta, o como podríamos resumir "chica pobre y niño rico se enamoran y casan", lo cierto es que en este caso es notorio que se intentó darle un carácter más "real", al contrastar la vida de la chica pobre y trabajadora pero con una moral alta, contra el chico rico y bondadoso que aunque se supone que trabaja al servicio de su pueblo, vive más bien una vida despreocupada. De su encuentro surge esta crítica social solapada, en la que la chica pobre, disfrazada de niña rica, puede expresarle cara a cara su opinión sobre la gestión de los altos mandos, y ser algo así como una improvisada vocera de su clase socioeconómica.
El mismo esquema podemos encontrarlo en la (encantadora) película protagonizada por Queen Latifah, "Last Holiday" (2006). La chica pobre, trabajadora y con una alta moral, se disfraza de princesa, y gracias a ello, puede hablar de igual a igual con los que están encargados de servir al pueblo. (Cabe mencionar que gracias a este disfraz, la chica pobre puede incluso hablarle con autoridad a aquellos de su misma condición, quienes, por considerarla una igual -trabajadora, empleada-, no la respetan como a los que ostentan poder sobre ellos -jefes, empleadores.)
En todo caso, esta idea del disfraz ya la vimos en la otra (encantadora) película "Ever After" (1998), protagonizada por Drew Barrymore: aquí la idea de "princesa" y "príncipe" es literal, claro está, pero el concepto de "comunicación" es el mismo.
Si bien no es la intención inicial de ninguna de estas protagonistas lograr un acercamiento con el "príncipe", las cómicas circunstancias que los creadores de estas historias elucubran, las llevan a que, gracias al uso "coincidencial" del "disfraz", puedan volverse "visibles" para el sujeto que ostenta el poder.
Pero esta necesidad del "disfraz" no es más que una representación que estas historias dan para el hecho de cómo el poder separa a las personas. Porque ¿a razón de qué habríamos de vestir de una o tal forma para ser considerados con respeto y recibir la atención que merecemos? Pues el poder genera esta falsa impresión de que quienes lo tienen adquieren también el poder de juzgar a los demás en función de la tenencia de este poder: si lo tienes, eres mi igual; si no lo tienes, no existes o eres indigno de mí.
Por supuesto, no todas las personas son iguales, y, por lo tanto, no todas reaccionarán igual al ser depositarios de este poder. En los ejemplos de las películas mencionadas, el "príncipe" (senador, congresista, etc.) no es necesariamente malo: teniendo poder, no es un mal tipo, pero sí es algo inconsciente del mundo que le rodea, tal vez por no haber sufrido o no ser buen observador, no se ha dado el tiempo para analizar ni comparar el estilo de vida de todos los seres que le rodean o de los cuales él tiene la responsabilidad de velar.
Por su parte, la chica pobre siempre enarbola el estandarte de la humildad y la sensatez. Es el opuesto del personaje del "príncipe", pues ella sí tiene los ojos abiertos, y ha podido realizar ese análisis que el otro aún no ha hecho. Pero claro, le falta el "poder" para poder ser escuchada.
Ahí es donde entra el "disfraz". Porque sin él, es completamente invisible para el "príncipe" (y sus "iguales"). Como dije antes, no porque ella no sea agraciada o porque él sea arrogante: él simplemente vive en su burbuja, y los que le rodean no permitirán que ésta sea irrumpida por alguien que no consideren su igual. La chica, disfrazada de "princesa", obtiene esa credencial, y, dada su apariencia, puede dirigirse al príncipe sin ser ignorada. El hecho de que al final resulten enamorados (no es el caso de "Last Holiday") es sólo parte de la trama principal "romántica", y que de hecho le resta bastante peso al conflicto moralista que es lo que realmente los une.
Sólo para cerrar mi análisis, recordar con este video la inolvidable y cómica escena de "Last Holiday", del viaje de la protagonista en avión. En verdad esta película da para todo su propio comentario, pero por ahora, gracias por leer! ^_^
Sin embargo, tras verla nuevamente esa noche, de pronto me encontré dándole una lectura distinta: la de una disimulada crítica social.
Maid in Manhattan Trailer (Sueño de amor)
Y es que, aunque el esquema original lo que quiere es vendernos la clásica historia de la Cenicienta, o como podríamos resumir "chica pobre y niño rico se enamoran y casan", lo cierto es que en este caso es notorio que se intentó darle un carácter más "real", al contrastar la vida de la chica pobre y trabajadora pero con una moral alta, contra el chico rico y bondadoso que aunque se supone que trabaja al servicio de su pueblo, vive más bien una vida despreocupada. De su encuentro surge esta crítica social solapada, en la que la chica pobre, disfrazada de niña rica, puede expresarle cara a cara su opinión sobre la gestión de los altos mandos, y ser algo así como una improvisada vocera de su clase socioeconómica.
El mismo esquema podemos encontrarlo en la (encantadora) película protagonizada por Queen Latifah, "Last Holiday" (2006). La chica pobre, trabajadora y con una alta moral, se disfraza de princesa, y gracias a ello, puede hablar de igual a igual con los que están encargados de servir al pueblo. (Cabe mencionar que gracias a este disfraz, la chica pobre puede incluso hablarle con autoridad a aquellos de su misma condición, quienes, por considerarla una igual -trabajadora, empleada-, no la respetan como a los que ostentan poder sobre ellos -jefes, empleadores.)
Last Holiday Trailer (Las últimas vacaciones)
En todo caso, esta idea del disfraz ya la vimos en la otra (encantadora) película "Ever After" (1998), protagonizada por Drew Barrymore: aquí la idea de "princesa" y "príncipe" es literal, claro está, pero el concepto de "comunicación" es el mismo.
Ever After Trailer (Por siempre: Cenicienta)
Si bien no es la intención inicial de ninguna de estas protagonistas lograr un acercamiento con el "príncipe", las cómicas circunstancias que los creadores de estas historias elucubran, las llevan a que, gracias al uso "coincidencial" del "disfraz", puedan volverse "visibles" para el sujeto que ostenta el poder.
Pero esta necesidad del "disfraz" no es más que una representación que estas historias dan para el hecho de cómo el poder separa a las personas. Porque ¿a razón de qué habríamos de vestir de una o tal forma para ser considerados con respeto y recibir la atención que merecemos? Pues el poder genera esta falsa impresión de que quienes lo tienen adquieren también el poder de juzgar a los demás en función de la tenencia de este poder: si lo tienes, eres mi igual; si no lo tienes, no existes o eres indigno de mí.
Por supuesto, no todas las personas son iguales, y, por lo tanto, no todas reaccionarán igual al ser depositarios de este poder. En los ejemplos de las películas mencionadas, el "príncipe" (senador, congresista, etc.) no es necesariamente malo: teniendo poder, no es un mal tipo, pero sí es algo inconsciente del mundo que le rodea, tal vez por no haber sufrido o no ser buen observador, no se ha dado el tiempo para analizar ni comparar el estilo de vida de todos los seres que le rodean o de los cuales él tiene la responsabilidad de velar.
Por su parte, la chica pobre siempre enarbola el estandarte de la humildad y la sensatez. Es el opuesto del personaje del "príncipe", pues ella sí tiene los ojos abiertos, y ha podido realizar ese análisis que el otro aún no ha hecho. Pero claro, le falta el "poder" para poder ser escuchada.
Ahí es donde entra el "disfraz". Porque sin él, es completamente invisible para el "príncipe" (y sus "iguales"). Como dije antes, no porque ella no sea agraciada o porque él sea arrogante: él simplemente vive en su burbuja, y los que le rodean no permitirán que ésta sea irrumpida por alguien que no consideren su igual. La chica, disfrazada de "princesa", obtiene esa credencial, y, dada su apariencia, puede dirigirse al príncipe sin ser ignorada. El hecho de que al final resulten enamorados (no es el caso de "Last Holiday") es sólo parte de la trama principal "romántica", y que de hecho le resta bastante peso al conflicto moralista que es lo que realmente los une.
Sólo para cerrar mi análisis, recordar con este video la inolvidable y cómica escena de "Last Holiday", del viaje de la protagonista en avión. En verdad esta película da para todo su propio comentario, pero por ahora, gracias por leer! ^_^
Last Holiday - Escena del vuelo
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